lunes, 13 de febrero de 2012

[Vida que no mira la noche]

Sabes muy bien que cuando
apoyas tus ojos en mis ojos
hacen que nunca veamos la noche
y cuando despertamos
siempre es diferente día.
Tu mano en mi mano me toca
y siento que me pulsa el alma.

Siento frío
sin una piel de abrigo,
sólo encuentro consuelo
en tu cuerpo desnudo
o en la carne de tu ropa.

Vuelve a aparecer la noche
como quien sopla a la tarde,
mi alma espera a tu mano que toca.

Tus ojos en la raíz de mis ojos,
la vida nos mira y no a la noche,
otra noche más, despierta para nosotros,
otra noche más, hacia un diferente día…


domingo, 5 de febrero de 2012

[Tom Courtenay]

¿Han pensado alguna vez cómo debe leerse un libro cuando se está en el reverso del universo?, ¿no?... ¡pues yo si lo he pensado!, qué le vamos hacer, me gusta pensar en ese tipo de cosas, y creo que lo hago así porque siempre me he considerado un poco rebelde. Mis padres, pensando que era algo normal y lo mejor para mí, quisieron darme una educación que en definitiva consistía en aprender a aprovecharme de los demás y nunca creer en sus habilidades. Pensaban que de esta manera, cuando fuera adulto, podría ser un referente moral con la suficiente autoridad para decir qué es lo que se debe de hacer y cual es el sentido correcto de las cosas; pero ya he dicho que nací rebelde, así que aprendí a aprovecharme, no de ellos sino de mí, aprendí a cuestionar las destrezas, no de otros sino las mías propias. He crecido más seguro, he sentido ser más persona. La educación y la necesidad de dominar, qué naturaleza tan extraña, ¿verdad?... por otro lado siempre he sido un hombre frío con las mujeres pero eso sí, no puedo evitar que delante de ellas se me escape un latido cuando no toca. Eso me hace pensar que en ellas hay algo más allá de lo normal, como si el amor naciera en ellas, y sí, téngalo claro, el amor no se rompe, ¡cómo se va a romper si es elástico y gaseoso!, más bien no será las personas quienes se corrompen y es entonces cuando éste, como otro tipo de gas, cambia de estado, porque todo cambia, ¡todo tiende a cambiar!, ¿no es cierto?, aunque también hay que admitir que hay posturas difíciles de modificar, por ejemplo debo de reconocer que en alguna ocasión he tenido la tentación de creer en Dios; he llegado a pensar que cuando uno se siente solo necesita entregarse a alguien para ser dos, para eso existe Dios, ¿no?, para que nadie se sienta abandonado; pero recuerdan que aprendí a aprovecharme de mi mismo, ¿si?, pues finalmente averigüé  que no es necesario mirar tan alto para sentirse acompañado. ¡Ay la soledad!, la soledad siempre, siempre aparece, en pequeñas porciones, en largas vacaciones, o como si fuera un hermano gemelo, y cuando esto sucede crees que la vida se vuelve lenta como un anciano, tan anciano como yo, miren mi piel plegada, mi voz cada vez más apagada, pero eso sí, con tantas ganas de leer, con tantas ganas de escuchar, con tantas ganas de conocer, sin miedo de encontrar lo que un día será mi descanso. Mañana es el funeral de mi tercer amigo, ya no está aquí, ya nunca volveremos a reír juntos. Él siempre me decía: -“Tom nunca has tenido mujer e hijos, esa soledad te va hacer morir joven” -, sin embargo mis resultados médicos son satisfactorios y me pronostican larga vida, eso sí, mi psicólogo dice que no medite tanto y descanse de mis esguinces de cerebro. Bueno, ahí llega mi tren, debo de dejarles, un amigo se merece que asista a su entierro…