domingo, 3 de febrero de 2013

El rincón de niebla


He soñado con un pulmón que se expande hasta salir por la boca, luego sin dar ninguna explicación, indeseable y senil criatura yo que he sido el padre y la madre, formaba un cuerpo de humo y sin peso en las piernas escapaba por la ventana. Todo el mundo sabe menos yo que se caen las nubes antes que el cielo. Todo el mundo sabe menos yo que existen pájaros con corazón buscando objetos extraños, vuelan hasta caer muertos de sueño, mueren de su esfuerzo, mueren engañados, es cierto, todo el mundo lo sabe menos yo, sin embargo no es que no lo sepa, todo lo contrario, creo en mucho más. El cuerpo de humo es tan sólo eso, humo, pero quiere tener brazos, quiere tener piel, quiere tener paredes para esconderse, quiere tener dedos para colocarse anillos, quiere tener un nombre para ser una persona sin embargo debe conformarse con una lengua, con la curvatura de un ojo de un solo párpado para una única pupila, puede sentir los calambres de sus músculos cuando está cansado, puede sentir cómo pierde un líquido azul si le rajas el estómago. En mi sueño el cuerpo de humo subía, no paraba de subir porque le habían dicho que podía encontrar manos para estrangular cuellos, podía encontrar pechos esperando a ser fertilizados con su lengua, pero siempre hay tiempo, el suficiente para entender que su cuerpo de humo no existe, él no existe, entonces, y unido a todo ese aire, desilusión y frustración hasta romperse en pedacitos tan pequeños como puntos de tinta negra, se desploma en caída libre, se expande sobre la tierra. Yo sigo durmiendo y él resurge pero ya no es humo, ahora es niebla, humillada viene hacia a mí, a su origen, al punto donde comenzó esa vida sin latencia, y entra en casa por el mismo hueco cuadrado donde puse una ventana, tira los vasos, me encuentra tirado en un rincón, sólo soy subconsciente, sigo encerrado en algo, sigo convencido en encontrar un mundo redondo, mucho más redondo, estoy tranquilo, tengo ramas donde puedo dejarme a la vida y ser grande, el amor fluye por las uñas, las manos se aman, sí, las manos se aman, no estoy aquí, estoy allí, cómo seré no me importa, puedo tener siempre el vacío, puedo tener siempre un mar, puedo mojarme los pies, coger la arena, mirar a los ojos de mi madre, sentarme, aguardar en silencio, lanzar piedras, me buscarán y me ocultaré detrás de la luz. El cuerpo de humo que ahora es niebla empieza a tener inteligencia, ha aprendido a no hacer ruido, si despierto se deshace la materia, se acerca, él siente miedo, él siente demasiado miedo, él no quiere morir, no quiere morir ahora y nunca, los gritos asuntan a los niños, estalla su único ojo, y entonces, descubre siete manos, me agarra del cuello, no me suelta, descubre siete manos más, me agarran también del cuello y aprietan con fuerza, con fuerza, cada vez con más fuerza, tiene inteligencia, no me soltará, él nunca quiere morir…